Celebro te hayas atrevido a denunciar este caso, Pablo. Mira que ya para considerar tal cosa un atrevimiento, nos dice mucho del acoso a la libertad de expresión que estamos viviendo.
Exacto. Me preocupan mucho más los comentaristas que sí saben y no dicen nada, que los que ya están adoctrinados y no tienen remedio. Un abrazo y gracias a ustedes. Sin ustedes sería imposible.
Pablo, te felicito por el coraje y valor cívico que implica el plantar cara a este régimen autoritario. En realidad muy pocos tienen esa valentía y prefieren el cobarde acallamiento. Se que arriesgas mucho por ser congruente y expresar tu opinión sincera, y te lo agradezco, porque en realidad nos defiendes a todos.
Los buenos son muchos, los valientes pocos, los cobardes abundan.
Sólo un ciego no ve lo peligroso de éstas leyes en un país como el nuestro; y sólo una persona de esas malas de verdad que sólo buscan ganar puntos invisibles de "moralidad" sin ofrecer discurso real, te manchan de misógino si las críticas.
Querido Pablo, tuve que restablecer mi teléfono y no había leído este magnífico y valiente texto.
Además de la asimetría entre una poderosa senadora del partido que controla todo y un monero, el caso está contaminado por la pulsión represiva de una izquierda mojigata a conveniencia. Parafraseando a Sor Juana, se escandalizan de lo que ellos mismos han causado, con su desaseo en el reclutamiento de sus cuadros políticos: a nadie le importaría la vida y obra de esa senadora, si no fuera por la inconsistencia entre su ascenso político y sus aptitudes, que no le dieron para distinguir entre un título nobiliario y un sustantivo de género.
No obstante, debe señalarse que el tuit, tonto y de mal gusto como atinadamente señalas, jamás se hubiera creado si el personaje público no fuera tal, lo que debe recordarnos el mayor nivel de crítica que constitucionalmente deben tolerar los políticos, mismo al que no se quiere someter alguien cuyo ascenso al poder es racionalmente inexplicable, por decir lo menos.
En contravención de ese deber constitucional de tolerancia, los políticos acuden a leyes represivas que usan conceptos ambiguos, característica que facilita su aplicación arbitraria. Considero que en el caso estamos ante un fraude a la ley, un desvío de la finalidad de la legislación aplicada, misma que, coincido contigo, está muy malhecha.
El tema da para mucho y qué bueno que lo planteaste. Abrazo.
Las leyes “abiertas” o discrecionales son eso, permiten una sentencia … y su contraria sin caer en contrasentido jurídico
Las leyes discrecionales son la entrada de la dictadura por la vía de atrás ( nunca mejor empleado el término) con el artículo de Pablo
Hay muchas vías para torpedear a una democracia pero las leyes discrecionales son de las más mortíferas
Así es, querido Adolfo. Gracias
Celebro te hayas atrevido a denunciar este caso, Pablo. Mira que ya para considerar tal cosa un atrevimiento, nos dice mucho del acoso a la libertad de expresión que estamos viviendo.
Un abrazo y te apoyamos!
Exacto. Me preocupan mucho más los comentaristas que sí saben y no dicen nada, que los que ya están adoctrinados y no tienen remedio. Un abrazo y gracias a ustedes. Sin ustedes sería imposible.
Oye, el papel de Orquídea. No solo tristísimo, patético.
Sí, qué lamentable.
Pablo, te felicito por el coraje y valor cívico que implica el plantar cara a este régimen autoritario. En realidad muy pocos tienen esa valentía y prefieren el cobarde acallamiento. Se que arriesgas mucho por ser congruente y expresar tu opinión sincera, y te lo agradezco, porque en realidad nos defiendes a todos.
Los buenos son muchos, los valientes pocos, los cobardes abundan.
Muchas gracias, Tocayo. Y gracias a ustedes se puede por aquí, porque en los medios tradicionales ya no. Abrazote
Gran artículo
Muchísimas gracias, tocayo
Muy buena reseña del hecho y de la forma como se utilizarán las leyes en manos de un poder sin contrapesos.
Gracias, querida Susana.
Nunca mejor dicho. Abrazos solidarios
Mil gracias, Gonzalo.
No esperaba menos de ti Pablo.
Muy buena columna!!! 👊🏽
Muchas gracias, Mau
Sólo un ciego no ve lo peligroso de éstas leyes en un país como el nuestro; y sólo una persona de esas malas de verdad que sólo buscan ganar puntos invisibles de "moralidad" sin ofrecer discurso real, te manchan de misógino si las críticas.
Querido Pablo, tuve que restablecer mi teléfono y no había leído este magnífico y valiente texto.
Además de la asimetría entre una poderosa senadora del partido que controla todo y un monero, el caso está contaminado por la pulsión represiva de una izquierda mojigata a conveniencia. Parafraseando a Sor Juana, se escandalizan de lo que ellos mismos han causado, con su desaseo en el reclutamiento de sus cuadros políticos: a nadie le importaría la vida y obra de esa senadora, si no fuera por la inconsistencia entre su ascenso político y sus aptitudes, que no le dieron para distinguir entre un título nobiliario y un sustantivo de género.
No obstante, debe señalarse que el tuit, tonto y de mal gusto como atinadamente señalas, jamás se hubiera creado si el personaje público no fuera tal, lo que debe recordarnos el mayor nivel de crítica que constitucionalmente deben tolerar los políticos, mismo al que no se quiere someter alguien cuyo ascenso al poder es racionalmente inexplicable, por decir lo menos.
En contravención de ese deber constitucional de tolerancia, los políticos acuden a leyes represivas que usan conceptos ambiguos, característica que facilita su aplicación arbitraria. Considero que en el caso estamos ante un fraude a la ley, un desvío de la finalidad de la legislación aplicada, misma que, coincido contigo, está muy malhecha.
El tema da para mucho y qué bueno que lo planteaste. Abrazo.