Xóchitl y la mayoría silenciosa
Las encuestas no son confiables y la mayoría silenciosa es eso, silenciosa.
Uno de los conceptos más enigmáticos en la política es el de la mayoría silenciosa. Se ha empleado de diferentes maneras y en diversos escenarios, pero su uso contemporáneo lo popularizó Richard Nixon en los sesenta y, más recientemente, Trump en 2016 y Milei en 2023. Los tres ganaron su respectiva elección a pesar de los pronósticos. El concepto de la mayoría silenciosa se basa en que existe un sector importante de la población que no hace mucho ruido, no expresa sus opiniones políticas, es disimulada, no tiene acceso a los medios y sus preferencias no pueden medirse y por ello da la sorpresa contra la mayoría ilusoria.
Tradicionalmente, la mayoría silenciosa se asocia más con la derecha –no es fortuito que hayan apelado a ella Nixon, Trump y Milei– precisamente porque la izquierda es habitualmente la más ruidosa en su manera de hacer política: es la que generalmente toma las calles y también es la que domina la academia, las redes sociales y los medios. El concepto no se refiere al estilo de los líderes –Trump y Milei son muy estridentes– sino al de los seguidores que son discretos –a veces hasta por pena, pues son conscientes de que su predilección es políticamente incorrecta– y no se manifiesta sino hasta el momento de cruzar la boleta.
La pregunta actual es si la mayoría silenciosa está con Xóchitl. No hago la misma pregunta respecto a Claudia porque en este momento la mayoría aparente está con ella, aunque bien puede ser que también haya un sector silencioso que termine dándole el voto por encima de lo que ya dicen las encuestas.
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