Ucrania y la diplomacia del metro cuadrado.
Zelensky resiste, Trump negocia metros y Moscú redacta las cláusulas.
Sólo para tocar base en México antes de ir al tema de esta semana, les comentaré que es un poco complicado escribir sobre lo que está sucediendo pues la presidenta tiene más flancos abiertos que el Ejército alemán en el 45. Vamos a esperar un poco para ver cómo evolucionan las diversas tramas y haremos foco en las más relevantes pronto.
En esta ocasión vamos a ir a lo que está sucediendo en Ucrania y la abierta capitulación de Trump a favor de Putin.
Trump y los republicanos caen en las encuestas. Él sabe que en la elección intermedia perderá las mayorías que ahora tiene en el Congreso y crece la premura por hacer todos los negocios que quiere sin trabas. La idea de aprovechar la coyuntura de la guerra para hacer negocios con Rusia ya venía de antes, pero la posibilidad de perder las mayorías sólo aceleró el proceso.
En marzo pasado, Trump ya había sustituido al delegado especial Keith Kellogg por Steve Witkoff al frente de las negociaciones. Cambió a un militar por un desarrollador inmobiliario.
Witkoff es hijo de padres rusos, abogado vinculado a la familia Trump desde hace décadas y conocido por sus negocios inmobiliarios con inversionistas rusos. También es delegado de Trump en Medio Oriente.
Aunque la salida de Kellogg fue por petición de Putin pues lo consideraba demasiado pro-Ucrania, el perfil de su sustituto dejaba clara la intención.
En ese momento, sin embargo, Trump no aceleró el acuerdo de paz porque le convenía alargar el conflicto: mantenía contenta a su industria bélica, desgastaba a Rusia y obtenía mejores condiciones de negociación. Pensando en él y en sus socios, claro, no en Estados Unidos.
Las derrotas electorales y la caída en las encuestas precipitaron la decisión.
Witkoff recibió la instrucción de redondear las negociaciones y redactar un acuerdo de paz. Entiéndase por “negociaciones” la compraventa política más vulgar: intercambiar terrenos, propiedades, desarrollos inmobiliarios e inversiones —a fondo perdido— por cada cláusula redactada por Rusia que se iba aceptando.
Pero ante la postura abiertamente prorrusa de Trump, Zelensky movió sus piezas con una claridad admirable:
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