En algún decálogo de los buenos valores, de esos que se transmiten de generación en generación, grabados en los corazones nobles, debe leerse que los hombres saben perder. A mí me lo enseñó mi madre. Digo mi madre, porque en realidad no tiene nada que ver con los hombres. Todas las personas deben saber perder. También lo decía la ajedrecista Susan Polga…
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