¿Revocación o audacia?
La arriesgada jugada del régimen para empatar la elección con la revocación podría marcar el principio del fin del sexenio.
Con el pretexto de que el desgaste de gobierno estaba haciendo caer la intención de voto de Morena en las encuestas —y de que era urgente usar la popularidad de la presidenta para apuntalar la elección de 2027—, los estrategas de Palacio la convencieron de aceptar una modificación constitucional: hacer concurrentes la revocación de mandato y la elección federal.
El truco es evidente: permitir la participación activa de la presidenta en la campaña, el uso de recursos públicos y la violación legalizada de todas las reglas electorales.
Total, daban por descontado que ninguna apelación prosperaría en la Corte del Acordeón.
Pero en realidad, el cambio constitucional es obra del Conde Barredora Adán Augusto y su tribu senatorial.
La presidenta, sin notarlo, podría estar firmando el inicio del fin de su sexenio… o haciendo una apuesta temeraria:
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