El candidato más incógnito es Anaya. No sabemos exactamente quién es. Dadas su juventud, su carrera extrañamente meteórica, su habitual discrecionalidad, su pasado difuso y las dudas que a menudo deja el periodismo nacional que lo ha denunciado –hasta ahora sin éxito–, no tenemos más que incertidumbre, una suerte de ambivalencia.
Bien puede ser la denomi…
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