¿Puede la inteligencia artificial reemplazar a jueces y abogados?
La respuesta corta es no. Al menos no en los próximos años. Hoy no es una tecnología confiable: comete errores graves y, más que transformar la justicia, está fomentando pereza y negligencia.
El espejismo de la eficiencia
Un empresario celebraba hace unos días —con el entusiasmo de quien cree haber inventado el fuego— que su empresa podría generar más de dos mil contratos semanales por empleado gracias a la inteligencia artificial. El dato suena prodigioso, hasta que uno hace las cuentas: revisar apenas un minuto por contrato implicaría más de seis horas y media diarias por persona.
Pero nadie pensaba revisarlos. El objetivo no era garantizar la calidad, sino presumir velocidad. Automatizar procesos parecía más importante que entender lo que se firma. La empresa celebraría su eficiencia mientras validaba documentos irrelevantes, erróneos o sin sentido.
Esa fe ciega en la máquina es la misma que mostró el ministro Arístides Guerrero cuando, en plena sesión de la Suprema Corte, leyó —mal— una definición de inteligencia artificial buscada en Google. Dos casos distintos, mismo fondo: se sustituye el juicio por el deslumbramiento.
No te pierdas nuestro Conversatorio en vivo del mes…
También la tecnología se cae
El 13 de octubre de 2025, los sistemas de BBVA colapsaron durante horas. Sin previo aviso, miles de usuarios quedaron sin acceso a su dinero, sin poder hacer pagos o transferencias. No fue un ataque ni una crisis, sólo una falla del sistema.
Y fue una advertencia: cuando todo depende de procesos automáticos, el error deja de ser individual y se vuelve masivo. Eso ocurre también cuando la IA se mete en el terreno del derecho.
El nuevo fetiche: parecer modernos
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Disidencia para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.