¿Para qué sirve la UIF?
Ni unidad, ni inteligente, ni financiera. La UIF es una policía política. Lo de Romo lo confirma: sus socios lavaron millones frente a sus narices. No por error, sino diseño.
Alfonso Romo era el empresario favorito del régimen. El mediador con los mercados. El “puente” entre el capital y la revolución obradorista. Y ahora, su casa de bolsa aparece sancionada por el gobierno de Estados Unidos por lavar dinero del Cártel de Sinaloa hacia China. ¿La sorpresa? No que lavara. Que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) lo sabía desde hace un año… y se hizo la desentendida.
El 25 de junio, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció lo que ya era secreto a voces en Washington: Vector Casa de Bolsa sirvió de canal para operaciones turbias por millones de dólares. México, por supuesto, fingió sorpresa. Pero los reportes dicen otra cosa: la Unidad de Inteligencia Financiera ya tenía registros de transacciones ilegales desde agosto de 2024. Cuarenta y siete millones de dólares de prestanombres de García Luna, para ser precisos. ¿Congeló cuentas? No. ¿Presentó denuncias? Tampoco. ¿Filtró a la prensa? Menos. Romo no era cualquier gallo: era su gallo.
Entonces vale preguntarse: ¿para qué demonios sirve la UIF?
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