Mensajes cifrados
El asesinato del alcalde de Uruapan podría ser algo más que un ajuste de cuentas. Un mensaje al régimen.
Siguiendo la intención de esta columna —ampliar la mirada del acontecer nacional e internacional—, vale ofrecer otra lectura del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
Desde que la fiscalía estatal atribuyó el crimen al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), no se volvió a escuchar ninguna de las frases rituales del gobierno: “daremos con los responsables”, “caiga quien caiga”, “tope hasta donde tope”.
El silencio es revelador. El gobierno sabe que no tiene ni la capacidad, ni la voluntad, ni la posibilidad de tocar a los líderes del cártel.
Vale recordar que, de los diez alcaldes asesinados en lo que va del gobierno de la presidencia de Sheinbaum, no hay un solo autor intelectual detenido. Ni siquiera en el caso del edil degollado en Chilpancingo.
Amigos de este observador, cercanos a agencias de inteligencia norteamericana, sostienen una teoría inquietante sobre lo ocurrido en Uruapan.
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