Los verdaderos buitres están en el Gobierno
Las inspecciones a Reforma y TV Azteca confirman que el régimen ya usa la ley para amedrentar.
Después del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, muchos ciudadanos y opositores criticaron al gobierno federal por no haberle brindado protección, pese a las amenazas que el munícipe enfrentaba.
La respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum fue insultarlos: los llamó “buitres” y “carroñeros” por atreverse a cuestionar la inacción del Estado.
Pero en democracia, quien critica al poder ejerce un derecho — el derecho a la libertad de expresión; y quien usa el poder para insultar y castigar, abusa de él.
Inspecciones que huelen a represalia
Apenas unos días después de esas críticas, dos medios que habían dado cobertura al caso —Reforma y TV Azteca— fueron objeto de inspecciones “extraordinarias” de la Secretaría del Trabajo.
No se trató de visitas rutinarias ni previamente notificadas. Fueron diligencias sorpresa, sin aviso formal, realizadas el mismo fin de semana y con un volumen inusual de requerimientos.
A Reforma se le pidieron casi 200 documentos en un plazo de cinco días; a TV Azteca, una verificación “con perspectiva de género” de la que nadie tenía noticia.
El gobierno alegó que eran parte del Programa de Inspección Laboral 2025, pero la coincidencia temporal —dos medios críticos, dos días seguidos, en medio del escándalo de Manzo— deja claro que se trató de una maniobra de presión política, no de un control administrativo legítimo.
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