Los regímenes que acaban mal no escriben sus propias memorias.
A medida que la realidad se impone, la demagogia se intensifica.
Nadie sabe exactamente cómo acabará un régimen perverso. Quiero decir, qué tan mal. Muchos le hemos atinado al devenir general del obradorista: sabíamos que iba a ser un desastre, pero no en cuánto tiempo ni en qué magnitud. Yo, por ejemplo, auguraba lo que estamos viendo hasta la segunda década. Jamás en el año dos. Y vaya que hay infinidad de desenlac…
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