Lecciones del Zedillo affaire
¿Y si fue Sheinbaum quien en realidad venció a Ernesto Zedillo?
Hay gente, incluidos opositores de partido, que auténticamente pusieron su esperanza en Ernesto Zedillo para salvar a la democracia mexicana o por lo menos al Poder Judicial. Quiero decirles que no hay nada más equivocado. Una cosa es suscribir la advertencia de un expresidente mexicano en revistas poco leídas y simpatizar con su legado, y otra muy diferente es que sea él una bandera en contra del régimen obradorista. Desde la elección de 2024, debimos aprender varias lecciones sobre este tipo de esperanzas pasajeras, cinco de las cuales anoto a continuación:
Las redes sociales, sobre todo Twitter, no son México.
Debemos entender de una vez por todas que la aparente ventaja que pueda tener una parte de la conversación en redes sociales es una ilusión poco representativa de lo que sucede en la calle. Tal vez no tienen validez encuestas como éstas a continuación ni sus casas encuestadoras, podemos desestimarlas si ustedes quieren, ¿pero entonces por qué sí validar la sensación que produce un algoritmo digital que ha demostrado una y otra vez ser más engañoso? A juzgar por las redes sociales —y así lo reportaban notables periodistas— parecía que Ernesto Zedillo estaba “trapeando el piso con Sheinbaum,” un eco de la última elección. ¿Y si fuese exactamente al revés? ¿Por qué fue ella quien subió la querella a las conferencias mañaneras?

El pasado neoliberal no es la respuesta
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