Las comadres en conflicto
Las ministras del régimen se pelean el botín, cada una con su grupo detrás.
En los tiempos del viejo PRI, los pleitos políticos eran discretos y se resolvían en privado. Hoy, los conflictos se ventilan en tribunas, redes sociales y columnas militantes. El más reciente episodio lo protagonizan tres ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación —Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz—, todas impulsadas por Morena y conocidas como las ministras del bienestar.
La aparente unidad se rompió ante la primera disputa real por el poder: la presidencia de la Corte.
El conflicto estalló a partir de una recusación. Esquivel —conocida por los señalamientos de plagio en su contra y su lealtad absoluta a López Obrador— votó a favor de excluir a Batres de un caso en el que esta última tenía un conflicto de interés. Aunque legalmente válido, el voto fue más que un tecnicismo: fue una declaración de guerra.
La respuesta no tardó. Cuentas afines al oficialismo, que antes defendían o al menos callaban sobre Esquivel, comenzaron a atacarla con virulencia. El golpe más fuerte vino de una columnista cercana al régimen, que en lugar de defenderla, la desmanteló públicamente como nunca antes lo había hecho con alguien del obradorismo.
La pregunta inevitable es: ¿quién dio la orden de soltarle la jauría? ¿Quién decidió que era momento de dejar caer a Esquivel, a quien habían protegido incluso en los peores momentos de su escándalo por plagio?
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