La equilibrista
Voyeur de Venal observa los movimientos sutiles de la presidenta en su intento por afirmarse en el poder.
Dicen que quien tiene el capital, tiene el poder y así ha sido siempre.
Por eso, cuando la recaudación cae, la deuda se encarece y el déficit comienza a asfixiar, es imprescindible asegurar otras fuentes de ingresos para tener el mando: sobre el partido, los aliados y los subordinados.
En este escenario debe leerse la declaración de la presidenta en su conferencia matutina, al referirse a la cancelación de la visa estadounidense de una gobernadora en funciones. No pidió sanciones. Exigió información.
Esa información es el eje de su estrategia para desmontar la estructura mafiosa del huachicol transnacional, operada en aparente coordinación por las Fuerzas Armadas, el crimen organizado y empresarios cercanos a los hijos del expresidente.
La jugada es de carambola a tres bandas:
Debilitar las finanzas de sus potenciales rivales internos.
Enviar una señal de colaboración a Washington.
Y, de paso, marcar territorio con un golpe de autoridad.
Pero será necesario que la presidenta despliegue auténticos dotes de equilibrista si quiere evitar que la operación desate un temblor que acabe por fracturar la ya frágil gobernabilidad nacional.
El tiempo dirá cuál será el costo para los mexicanos de su intento por tomar, al fin, las riendas absolutas del poder.
—Voyeur de Venal