Hipocresía opositora
La marcha por la democracia sí fue opositora y sí fue antiobradorista.
Coincido con algunas voces oficialistas que afirman que la marcha por la democracia del domingo pasado en realidad fue opositora y antiobradorista. Claro que lo fue. Negarlo es hipócrita. Tienen toda la razón los propagandistas del régimen y Claudia Sheinbaum al denunciarlo.
Fue una marcha de resistencia, de defensa del pacto constitucional, de ciertas ideas fundacionales, de ciertas instituciones. Por mera geometría, defender todo eso te coloca inmediatamente en contra de su destructor: el régimen obradorista. Por tanto, estar a favor de ese andamiaje y defenderlo es ser antiobradorista. A estas alturas ya es lo mismo. De hecho, la mayor virtud de la marcha es precisamente haber puesto clara esa dicotomía a favor o en contra de la destrucción final, a favor o en contra de la democracia. No hay de otra. Es una disyuntiva que debimos tener clara desde hace mucho.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Disidencia para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.