Fe de erratas
Una presidencia cuestionada: la desconexión entre Claudia Sheinbaum y las mujeres de México. Artículo de Andrea Bárcena que La Jornada censuró.
Nota del editor: Andrea Bárcena es Maestra en Ciencias de la Educación. Psicóloga y filósofa egresada de la UNAM. Autora de tres libros, ha sido colaboradora en El Universal y en la revista Proceso. Desde 2009 publicaba su columna Infancia y sociedad en La Jornada hasta el pasado mes de septiembre, en que se suspendieron sus colaboraciones por disentir de la línea editorial de dicho periódico. A continuación, el artículo inédito que causó su salida, titulado Fe de erratas. Para Disidencia es importante documentar la censura, pero además, en honor al nombre del portal, darle cauce a los auténticos disidentes.
Ni todo “el pueblo” ni todas las mujeres votaron por la candidata presidencial de Morena. Del padrón electoral votó por ella el 36.5%, mientras que el 63.5% votó por la oposición o se abstuvo de votar. Nuestra población total es de 132 millones y 300 mil habitantes: sólo una pizca más de la cuarta parte de los mexicanos la eligió.
Las graves irregularidades bien documentadas, por la oposición y especialistas, fueron motivo de impugnaciones, pero el INE y el TRIFE las desestimaron y sin demora dieron constancia de mayoría a Sheinbaum. Ella ha declarado que gobernará para todos. Asegura que es “Tiempo de Mujeres”: tendrá que demostrarlo día a día mientras gobierne un doliente y sangrante México.
Una millonada de mujeres duda de la mexicanidad de Sheinbaum y tampoco cree que con ella “llegamos todas”. Porque se sabe bien que fue el voluntarismo de un hombre quien la eligió, impulsó y supo imponer su triunfo; sabemos también que así ocurre frecuentemente todavía en la política, en el arte y en todos los ámbitos de nuestra sociedad machista.
La presidenta tendrá que trabajar mucho, con la verdad en la mano, para que crean en ella las madres buscadoras, las más de 10 que pierden cada día a sus hijas en manos de feminicidas o secuestradores para explotación sexual; las madres de niñas que desaparecen sin que vuelva a saberse de ellas o se encuentran tardíamente violadas y asesinadas; mujeres desesperadas como la saxofonista María Elena Ríos. El único feminicidio en el que Sheinbaum puso toda atención como jefa de gobierno fue el de esa joven cuyo cadáver produjo jaloneo político entre forenses de la fiscalía de Morelos y de la CDMX. Miles de carpetas abiertas habitan en el olvido…
Serán “Tiempos de Transformación” si se va más allá de becas flacas y programas electoreros, y sacamos de la pobreza a 25 millones de menores con proyectos ambiciosos de gran cobertura que les aseguren nutrición, acceso total a la salud y la educación de calidad. Lo único que realmente puede transformar a México –y Sheinbaum lo sabe– es invertir en esto y no en más trenes y obras “fabulosas”. No tiene que “dar la vida” –como ofreció–; bastará con “no mentir, no robar y no traicionar” a las mujeres ni a sus hijos.
Punto y aparte: Si es silencioso, no es feminismo…
“Estamos contigo, Corina Machado”.
Eso lo hubieran censurado en Reforma
Suspendieron sus colaboraciones porque puso énfasis en aspectos que debieran marcar la diferencia de tener una presidenta mujer. No se ha visto ninguna diferencia en la atención de los problemas que señala Andrea Bárcena. "Llegamos todas" es sólo un slogan.