Entusiasmos desbordados
Evaluación del temprano optimismo por Alessandra Rojo de la Vega.
Me preocupa mucho la rapidez con la que numerosas figuras de la oposición se entusiasman con un personaje u otro. Parece que no hubiera aprendizajes valiosos en los últimos años. Hace siete años, se nos dijo que Ricardo Anaya era “el chico maravilla”, sólo para que se desinflara todo su supuesto liderazgo inmediatamente después de la elección presidencial de 2018. Bastó una amenaza judicial para hacerlo salir corriendo del país durante seis años, y no regresó sino hasta que le garantizaron fuero.
Después, en 2024, fue Xóchitl Gálvez, presuntamente un prodigio político capaz de representar el antimorenismo. Tan pronto pasó la elección presidencial, su liderazgo se desintegró tan rápido como apareció.
Otro tanto está sucediendo con Alessandra Rojo de la Vega…
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