El caso Zedillo
El alcance real de las críticas recientes del expresidente mexicano.
El sorpresivo debate y atención mediática que despertaron las intervenciones del presidente Zedillo contra el actual régimen descuadraron momentáneamente los reflejos mediáticos del gobierno y mantuvieron expectantes a los analistas. Es un debate saludable que tuvo mayor impacto del que yo hubiera supuesto por el espacio en el que se publicaron las intervenciones de Zedillo: las dos revistas culturales de México.
Con todo, me preocupa mucho la forma en que, involuntariamente, desvió la atención de la discusión de la iniciativa de reforma a las telecomunicaciones o los escándalos del exministro Zaldívar, dignos de mayor seguimiento. Lo de Zedillo no tiene vuelta de hoja, los liberales creemos que México camina por la ruta del autoritarismo, mientras que los simpatizantes del gobierno creen que vivimos un “momento estelar” de la historia Patria.
Difícil cambiar la posición de unos u otros y más difícil aún que eso impacte las políticas del gobierno en turno, pues el texto de Zedillo lo que buscaba en el fondo era criticar la reforma judicial, que por desgracia ya no tiene vuelta atrás.
Dice Jorge Castañeda que la ventaja de la intervención de Zedillo es que pone en tela de juicio la excesivamente positiva valoración que ha hecho la prensa estadounidense en fechas recientes sobre la Presidencia de Sheinbaum. Puede ser, pero eso sigue sin incidir directamente sobre la agenda gubernamental de la actual administración. Sería entonces un debate teórico para las elites intelectuales.
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