Defenderse legalmente en tiempos de la nueva autocracia
¿Cómo defenderse una vez que el régimen obradorista capture el Poder Judicial? Óscar Constantino imagina algunas alternativas para el ciudadano.
En este espacio ya habíamos planteado distintos escenarios si el régimen obradorista ganaba las elecciones. Ocurrió el peor de todos: el poder absoluto. Para nadie es un secreto que la calidad del Estado de derecho en México es muy baja, pero acaba de hacerse peor: pase lo que pase en septiembre, haya o no reforma judicial, la Suprema Corte ya no podrá proteger a los ciudadanos como antes y, si se concreta la elección de jueces por voto popular, El proceso de Kafka será un cuento de hadas en comparación con lo que le espera a cualquiera que tenga que ir a tribunales.
La pregunta central de la que hoy le ofrezco respuestas es cómo se podrá usted defender en un entorno donde el Estado siempre resolverá las controversias con criterios políticos, no jurídicos. ¿Qué le pasará a usted si algún miembro del politburó quiere desquitarse de alguna crítica o cuestionamiento que haya hecho en redes sociales? Idéntico cuestionamiento se tendrían que hacer los comentaristas que en televisión, radio, prensa y medios electrónicos han señalado alguna deficiencia del poder. Incluso las personas de a pie –particularmente los empresarios–, que no tuitean, no opinan en medios y que hacen una vida normal, tendrían que cuestionarse cómo defenderse de un funcionario abusivo, porque, le insisto: los jueces ya no serán imparciales, serán iguales a un diputado, pero firmando sentencias.
Le ofrezco dos soluciones. Las llamaremos, por motivos de brevedad, a) justicia privada; y b) justicia internacional.
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