¿Colapso o fase superior?
El mito de las abuelas que antes podían salir a jugar a la calle.
A raíz de Teuchitlán, hemos tenido una discusión más amplia acá en Disidencia sobre la violencia, expresada con diferentes palabras y en diferentes maneras a lo largo de la semanas, pero que se podría resumir en la siguiente pregunta:
¿México ha sufrido un colapso del orden o es simplemente una fase superior o diferente de la misma violencia de siempre?
Aquí la gran distinción del dilema es la palabra colapso. Sugiere que había un orden mayor que se ha caído. A menudo resuenan las abuelas evocando cuando de niñas podían salir a jugar a la calle. Me lo decía la mía y sé que a muchos de ustedes, también.
La izquierda —no sólo la gobernante— tiende a identificar el principio de esta decadencia en dos etapas que, alega, van de la mano. La primera es el neoliberalismo, que degradó la vida pública, poniéndola al servicio del capital privado. De ahí viene la gran erosión asociada a la globalización, por ejemplo; cadenas de ensamblaje y alienación laboral, ciudades feas, mujeres asesinadas, drogadicción, obesidad, etcétera.
Y la segunda es la guerra contra el narcotráfico “iniciada” por Felipe Calderón, de la cual viene la gran violencia contemporánea, los asesinatos, los desaparecidos, los descabezados, la extorsión.
Todo fue más o menos reciente —digamos 50 años para acá— y lo que se necesitaba era una regeneración, palabra en el nombre del movimiento en el poder, que significa puntualmente: “Restablecimiento o mejora de algo que degeneró.” Por eso algunos llaman conservador a este movimiento, al menos en su pulsión básica.
Pero, ¿es cierto que las abuelas podían salir a jugar a la calle?
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