El nuevo régimen y sus voceros –enemigos inmemoriales de la prensa– atacan hoy al periodismo específicamente de opinión. Difunden tres falacias concretas: primero, que es una oligarquía ajena e insensible al pueblo. Segundo, que si reacciona –aunque sea a un disparate– es porque éste ha tocado intereses. Y finalmente, que es un tipo de periodismo light …
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